Las 4 Clases. ¿En Cuál estás?

Las 4 clases

Vamos a redefinir las clases sociales, revisando la superada división en 2 clases marxista. Aún conservando los análisis de Marx en cuanto a las relaciones e instrumentos de que se valen unas y otras e incluso conservando lo sustancial de la naturaleza de las clases, en lo que Marx sigue siendo vigente.

1-Ricos.

Gentes que no necesitan trabajar. No serán más que el 2% de la población. Viven de sus rentas, o de los beneficios que sus fortunas conseguidas de alguna manera, les producen. Siendo el 2%, posiblemente posean el 60% de la riqueza directa del planeta, y se podría decir que poseen dominio indirecto sobre el 40% restante de la riqueza que está eventualmente en manos de otras clases, en la medida que la vida, estabilidad y condiciones de las clases que poseen este otro 40% está condicionada y supeditada a esta clase domiante. Poseen medios materiales como para que una sóla persona tenga realmente lo que necesitaría para vivir 300 vidas una tras otra, con lo que nunca tendrán que ganarse el pan con el sudor de su frente, el trabajo lo ponen otros.

2-capataces o clases media-altas

trabajan para vivir, y aunque vivan holgadamente de su trabajo, su situación de comodidad es provisional, en realidad inestable porque en cualquier momento pueden resbalarse a la siguiente clase que tienen debajo. Dependen o de la suerte o de que no les cambien las concdidiones en que se han acomodado, de que la bolsa no baje, en que su utilidad para el mantenimiento del sistema siga haciéndolos necesarios y valiosos, y sigan por tanto siendo bien pagados. Trabajarán y sudarán, sobre todo por el nerviosismo de tener que estar en la cuerda floja. Su miedo es bajar, y su aspiración y ambición es llegar a ascender y formar parte de la clase 1, la de los ricos de por vida. Integran esta clase, en el 1er mundo; empresarios medios, autónomos, ejecutivos, altos funcionarios, jueces, fiscales, informáticos de alto nivel, profesionales de éxito, famosos del espectáculo, y ricos en el tercer mundo.

3- Esclavos o clases media, media-baja y baja.

Sudan por su trabajo al que están atados de manera axfixiante, y precisan trabajar de manera frenética simplemente para sobrevivir. Se les da un salario o jornal por su trabajo, pero en realidad están atados a los dictados de la primera clase, aparementente disponen de un pequeño capital mensual para comprar productos que aparentemente están valorados libremente por el aparentemente libre mercado, pero en realidad los precios los fijan precisamente las clases para quien estos esclavos trabajan. Poseerán asímismo un techo donde dormir, que también habrá sido con precio también fijado y estipulado por quien les ofrece el salario y el puesto de trabajo. Dependen totalmente, y vitalmente por tanto de la primera clase (con la ayuda y gestión de la segunda), son asalariados por ella, para que compren lo que ella misma tasa y pone precio. Su libertad aparente con respecto al régimen de esclavitud es la libertad de movimiento de un día hasta el siguiente, en que se sabe que sin necesidad de cadenas de metal, volverá al puesto de producción casi con seguridad y sin tener que ser llevado a punta de bayoneta, y de un mes al año de asueto que será cuando se cure la mente y cuerpo del estress y sufrimiento y vuelva a ser productivo sin explotar del todo. Y su libertad aparente consiste en decidir cada cuatro años, qué gestor-capataz de los ricos (partido politico) quiere que sirva de administrador de la primera clase, o A, o B.
Pertenecen a esta clase incluso las fuerzas represivas, carceleros, y funcionarios estatales que la misma primera clase usa para tener sometida al resto de las clases, en un engranaje perfecto.

4-  Parias.

A esta clase pertenecen los que ni siquiera tienen sitio en el sistema de los esclavos, no puden ni siquiera ser válidos aportando su carga de trabajo, y la integran los inmigrantes de 3 cuartas partes del planeta y los mendigos y sin-techo del 1er mundo. Viven en la clandestinidad y son perseguidos por las tres clases precedentes. En realidad son pèrseguidos por la primera clase, pero ésta necesita valerse de la ayuda de las dos siguientes haciéndo ver que la cuarta significa una amenaza para el frágil equilibrio que permite comer y dormir al esclavo en una cama caliente y un techo.
Esta cuarta clase, su fuerza de trabajo en los lugares de origen, su debilidad y pobreza estructural que los hacen no-consumidores de productos apreciados por el primer mundo y las riquezas que las tierras de donde procede la 4ª clase ha podido la primera y segunda clase explotar con eficiencia, es la que ha garantizado que todo el sistema no salte por los aires debido a la incongruencia de la brutal desigualdad entre las clases del primer mundo. Precisamente porque ha garantizado que la primera clase pueda haber dotado de ciertas comodidades a la segunda, y de medios de susbsistencia suficientes a la tercera sin caer en la pobreza extrema.

Es importante señalar que estas clases no son impermeables, al contrario de lo que sucedía en el feudalismo o con el esclavismo, esta permeabilidad es precisamente una herramienta poderosa para asegurar la no insurrección de las masas de las dos clases más bajas. El sueño americano funciona aquí, con la esperanza de que cualquier persona puede estar arriba. El de la cuarta clase sueña con estar en la tercera, el de la tercera con estar en la segunda, y el de la segunda con estar en la primera. A otro nivel antagónico al de la ambición está el miedo, todos temen deslizarse una clase más abajo. El sistema ha sabido utilizar el sistema de tensiones básicas humanas «esperanza y miedo», como motores de su pervivencia. De otra manera, sin esperanza, o sin miedo o sin ambas, las fuerzas de la mayoría social se dirigirían a la insurrección, y de esta manera, en cambio, se dirigen al ascenso de clase. Para resumirlo, digamos que el pobre no reniega del sistema que lo hace pobre, sino que lo que quiere es ocupar el lugar del rico y  a eso, y no a ningún cambio de sistema, dirige sus energías.

Seguiremos en un siguiente artículo, analizando las herramientas sociales, psicológicas, represivas y políticas de las que se ha valido y vale la clase capitalista para mantener el chiringuito.

@ sin derechos de autor.
@ Libre distribución, copia y difusión.
@ Recomendada, más bien

10 respuestas

  1. En España, como me imagino que en todo el planeta, sigue existiendo la esclavitud. El Opus Dei, dispone de todo un ejército de mujeres, sacadas de niñas de sus humildes familias, con el engaño de que trabajarían y les darían estudios. La realidad acabó siendo: servicio domestico gratuito para residencias de gente adinerada de la institución. Viven en la más absoluta ignorancia, a lo largo de toda su vida. Les indican, lo que pueden leer, con quien pueden o no hablar y lo más lamentable, es su confesor o director espiritual, quien es dueño absoluto de su conciencia.
    Últimamente, por problemas legales, están dadas de alta en la Seguridad Social, y tienen una nómina, pero la realidad es, que con darlas de comer y vestirlas, no ven un solo céntimo de lo que la nomina dice. Cuando se jubilan, que para eso cotizan, siguen sin recibir su pensión y lo más triste trabajando hasta que mueren.
    Objetivo final, llegar a santas. Se creen las muy ignorantes que se gastaran 1.000 millones de dólares en cada una de ellas, como hicieron para hacer santo al marque de Peralta, su fundador.

    Me gusta

    • Sí, de hecho eso de estar dado de alta en la Seguridad Social, y no ver un euro, como dices, le ocurre yo creo que a 10 millones de españoles, y centenas de millones en el mundo, basta saber que lo que vale el alquiler de una vivienda es lo mismo o más que el sueldo base, o sea, que si ganas 800 o 900 euros, te pasa lo mismo que a esas siervas de dios. Ellas tienen casa y comida por su trabajo, y tú o yo también, y quizás acumulemos deudas de por vida. Y poco más, ni un euro más. Ellas estarán para tí en un submundo malo, como en una secta donde tú nunca estarías, donde ellas están inmersas en principio pensando que voluntariamente, pero ellas quizás te vean a tí parecido, en un submundo malvado donde crees que estás voluntariamente, pero en el fondo no y donde ellas nunca estarían.

      las monjas, curas y todo miembro eclesiástico, por otro lado renuncian a sus posesiones al entrar a la Iglesia, esa es otra.

      Me gusta

    • En mi ciudad se denunció a una secta «Servis Trinitatis» directamente vinculada al Opus Dei, que tenía chicos y chicas reducidos a servidumbre. Lo primero que les pedían eran los números de tarjetas de crédito de sus padres. Les sacaban dinero, los tenían prácticamente encerrados en un «instituto», les prohibían caminar por ciertas calles (para no sufrir tentaciones), les impedían tomar yogurth (para que no se excitaran sexualmente) y les sacaban la poca materia gris que tenían y toda la plata que podían. Los dos curas españoles responsables del negocio a poco de llegar ya manejaban todo el movimiento de la Catedral. Gracias al juicio realizado se supieron muchas cosas y cambió el obispo, pero nadie fue preso. La iglesia católica corrupta tiene mayoría de jueces infiltrados en el foro judicial local.

      Me gusta

      • La justicia fallo a favor de los poderosos. No cabe duda de que la jueza pertenece a la secta mafiosa fundada por el amigo de Hitler y Franco : Escribá de Balaguer, alias san Josemari

        Me gusta

  2. Acabas de definir la pirámide social y tengo el convencimiento que la destrucción de la misma vendrá por la base, por los parias. Los esclavos que tenemos una lima ya casi hemos perdido la batalla. Somos pocos los que frotamos el metal y demasiados los que aspiran a ser capataces. Sin embargo a los parias lo único que pueden perder ya es su vida, y cada vez son más a quienes no les importaría.
    Muy buen artículo, Tirita.

    Me gusta

    • Pues yo creo que no, que los parias parias son e importan bastante poco (al poder).

      Que si esto se rompe será porque la clase media vea disminuída su calidad de vida y haga todo lo que pueda para evitar pasar al grupo parias…

      Me gusta

      • Pero va a ser precisamente cuando esta cuarta clase, al competir en la producción de productos baratos, haciendo la competencia a los paises desarrollados, va a provocar que la cuenta de la vieja de los bienes se cuadre, y lo que era imposible de sostener según Marx (la acumulación de capital al mismo tiempo que condiciones de vida dignas de la masa de a pie) se haga evidente. Cuando además todos los que hoy no consumen, comiecen a consumir un poco más, los precios subirán, de todo, las condiciones de vida de las clases media y media -baja y baja, bajarán aún más. Sumando el aumento de consumo global, al aumento de la competencia global, ya no vamos a tener una despensa en el tercer mundo que es la que permitía sostener lo que en teoría no es sostenible.

        Y eso es, (lo no sostenible por definición) que unos pocos puedan tener muchos bienes. Eso según Marx era imposible, porque acarreaba necesariamente que la totalidad de la población estaría tarde o temprano en la miseria. Marx no contaba con el tercer mundo y que este hiciera de despensa, y por eso falló en el análisis de que esto explotaría porque por definición es imposible.

        hasta ahora los ricos han podido dar algo de bienestar a sus esclavos, pero a cuenta de la despensa del tercer mundo. Cuando la despensa ya no sirva, es cuando veremos la contradicción que supone que unos pocos tengan un montón de riqueza, pues que ya ni en el primer mundo la plebe podrá vivir ni medio-acomodadamente.

        por lo tanto, la espoleta del cambio será la cuarta clase, que hará que la tercera clase reviente y salte.

        Me gusta

  3. Yo pertenezco a una clase, la clase obrera. El gran problema ha sido dividirnos en subclases sociales, porque con ello se pierde la conciencia… de clase. Tan esclavo es el primero en la pirámide como el último, todos son esclavos de una misma cosa: del sistema.

    Salud.

    (Porque te he visto en el blog de Anna, que como no te tengo enlazada ya no me acordaba que tenías este)

    Besitos.

    Me gusta

  4. Básicamente no hay «izquierdas» y «derechas», sino sólo «arriba» y «abajo». Y lo lamentable es que la gente de «abajo» desea estar «arriba», en lugar de abolir que haya un «arriba» para que no exista un «abajo».

    Me gusta

  5. ¿ Donde nos encontramos los pensionistas, que ya no podemos aspirar (yo ni quiero) a cambiar de clase, que nos quitan dinero de las cuotas que pagamos en su día y no ha habido ni la más mínima protesta. Asi nos va. Antonio

    Me gusta

Deja un comentario